En los últimos años en Barquisimeto, las calles son intransitables, colas, vehículos mal estacionados, ese fenómeno alternativo de transporte llamado “rapiditos” atravesados en cualquier esquina, rutas y taxis parándose donde se les antoja, conductores cometiendo infracciones por doquier, atravesándose, dando vueltas en U, haciendo doble fila, cruzando en sentido contrario, adelantando y coleándose, el que “anda apurado” y te toca la bocina (como si tuviera un mal estomacal y necesita ir urgente al baño) y pretende que te tragues la luz por que a el le da la gana, los que andan con el tubo de escape botando humo toxico como si se tratara de un operativo de fumigación y un sin fin de innombrables males que aquejan a los que intentamos manejar un vehiculo respetando las normas de transito terrestre y del sentido común.
Es un sueño, casi una utopia, vivir con un trafico vehicular que fluye con tranquilidad, sin tener que ver infracciones, insultos, cornetazos, ruido, colisiones, stress y carros y carros y más carros, al final solo quedan dos opciones: aguantarse las colas mientras, además tienes que soportar escuchar la “música”: sea regueton, vallenato, salsa erótica o algo de “música electrónica” que colocan muchos chóferes con el volumen lo suficientemente alto no solo para que lo oigan los pasajeros del vehiculo que lleva (y digo lleva, porque no lo conduce, lo lleva) sino los que le rodean o de una cuadra completa, para “compartir” sus preferencias musicales con el resto y ostentar que tienen un potente equipo de sonido; hay que respirar profundo y relajarse, dejarse llevar, hacer caso omiso a las bocinas, al ruido, a las ofensas y señales, ignorar al que pretende estar apurado en una cola y quiere adelantarte a juro porque el es mas arrecho y tiene que pasar primero – como si fuera un gusto estar sentado en un volante viendo como las peatones que van caminando avanzan más rápido que la larga cola y sientes que estas perdiendo valiosos minutos de la vida atrapado entre vehiculos, sin otra alternativa.
¿Que hacer? . Buscar vías alternas, respetar los semáforos para algo fueron creados, no son un arbolito navideño ultramoderno ni unas luces de discoteca que olvidaron en la fiesta, el ROJO significa ¡detente! No es tu turno, le corresponde avanzar a otros vehículos, el AMARILLO quiere decir alerta, prevenido que viene la luz roja de stop, si ya estas en medio del camino lógico, apresúrate y avanza, no te quedes atravesado y el VERDE, que es mi color favorito de estos tres, quiere decir que es tu turno, puedes avanzar. Hay que respetar las señales de transito y si hay algún semáforo averiado, alguna colisión, vehiculo accidentado o congestionamiento irregular, llamar a los funcionarios de transito o al 171 para que acudan a fiscalizar.
Supongo que han observado a otros personajes que se estacionan sobre el rayado peatonal y van avanzando muuuuy lentamente sobre el asfalto mientras el semáforo está aún en rojo, estos impacientes son tan detestables como los que se colean en los cruces cuando el semáforo ya ha cambiado de verde a rojo y continúan cruzando, pasándose entre 3, 4 y hasta 5 carros. Aquí es cuando pienso: “esta gente no debería existir”.
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